Infancia

SALUD ORAL E INFANCIA

Información Público General

La salud bucodental en la infancia puede verse comprometida por varias razones. Esta sección contiene información de interés
sobre las principales patologías bucodentales de esta etapa, los principales riesgos,, y sobre todo, la información sobre las
medidas adecuadas para mantener una óptima salud oral.

La Infancia es la primera de las etapas del desarrollo humano y, en términos biológicos, comprende desde el momento del nacimiento hasta la entrada en la adolescencia (definida aqui como a partir de los 11 años). Existen muchas clasificaciones para establecer las etapas de la infancia. Desde un punto de vista bucodental, interesa separar los siguientes periodos:

  • – Del nacimiento hasta cumplir el primer año
  • – De 1 a 3 años
  • – De 4 a 6 años
  • – De 7 a 10 años

EN CADA ETAPA, UNOS CUIDADOS

La salud bucodental en edades infantiles es de suma importancia. Conseguir mantener sano al niño nos garantiza mayores probabilidades de una buena salud bucodental en edades adultas. Es conveniente que se conozcan los cuidados básicos que corresponden a cada momento: etapa bebé, del año a los 3 años, etapa preescolar y etapa escolar.

Los primeros dientes en salir son los incisivos centrales inferiores que suelen hacerlo a los 6 meses de edad, para aparecer después los incisivos centrales superiores. Entre los 10 y 13 meses erupcionan los incisivos laterales superiores e inferiores. En torno al primer año de vida, el bebé habitualmente tiene 8 dientes en la boca (4 arriba y 4 abajo).

En la infancia, los principales problemas bucodentales que pueden aparecer son 4:

  • – La caries
  • – La gingivitis
  • – Las fracturas dentales
  • – Las maloclusiones
  •  
LA CARIES

La infancia es un periodo de especial susceptibilidad a la caries. Unos inadecuados hábitos dietéticos, la falta de unas medidas higiénicas, el no acudir periódicamente a revisión y la inmadurez del esmalte en los dientes recién erupcionados, son algunos de los motivos. La caries es la enfermedad más frecuente de la infancia y afecta a 1 de cada 3 menores de 6 años.

LA GINGIVITIS

La inflamación de las encías se denomina gingivitis. Se trata de una inflamación debida a la acumulación de la placa bacteriana, normalmente porque la higiene bucodental es deficiente. En caso de existir buena higiene y a pesar de ello comprobar la presencia de gingivitis, se deberá consultar al pediatra porque algunas enfermedades sistémicas (del organismo) pueden acompañarse de gingivitis.

LAS FRACTURAS DENTALES

Las fracturas dentales en la infancia son relativamente frecuentes. Pueden afectar a los dientes temporales o a los permanentes dependiendo de la edad del menor. La mayoría de las veces, la causa es una caída o la práctica de un deporte. En caso de producirse una traumatismo dental es muy importante consultar de inmediato a un dentista.

LAS MALOCLUSIONES

En cuanto a las maloclusiones, si bien la mayoría se tratan a partir de los 10-12 años, muchas de ellas tienen su origen en edades
tempranas. El estudio del 2020 pone de manifiesto que, aproximadamente, 1 de cada 4 menores presenta una maloclusión
moderada o severa. De todas las causas que llevan a indicar la realización de un tratamiento de ortodoncia, la más habitual es la
falta de espacio en boca. Esta falta de espacio en algunos casos es provocada por la pérdida prematura de algunos dientes
(temporales o definitivos). Como segunda causa, están las maloclusiones debidas al desajuste de la oclusión, bien porque el maxilar superior está más protuido (salido) hacía afuera, o al revés (menos frecuente), porque es la mandíbula la que se adelanta. Algunos hábitos, como la succión del pulgar o el uso del chupete más allá de los 2-3 años, pueden originar también deformaciones en los dientes. Como consecuencia de ello, la oclusión se ve alterada.

Hay 2 hábitos que pueden originar una maloclusión si se mantienen más allá de cierta edad: la succión del pulgar y el hábito de deglución lingual. Ambos deben ser corregidos a tiempo para evitar que se produzca una deformación de la oclusión del menor. Asimismo, la pérdida prematura de los dientes temporales, antes de su debido tiempo biológico, de los dientes temporales, originan una falta de espacio para que puedan erupcionar con normalidad los futuros dientes permanentes.

MÁS VALE PREVENIR
EL CEPILLADO

Sin ninguna duda, el cepillado dental, al menos dos veces al día, con pasta dentífrica fluorada es la medida preventiva más eficaz para evitar la caries. Debe iniciarse con la erupción del primer diente, lo que suele ocurrir a los 6-7 meses de vida. Tanto la técnica de cepillado como el tiempo de duración y la cantidad de pasta que se usa, deben ser supervisados por los padres hasta que el menor cumpla los 7-8 años.
Existen muchas técnicas de cepillado para niños la mayoría de ellas eficaces. Lo importante es dedicarle tiempo y no olvidar ninguna zona. Aquí te enseñamos una de las más recomendadas en edad infantil.


¿CEPILLO MANUAL O ELÉCTRICO?

Un correcto cepillado puede realizarse con cepillo manual o eléctrico. La elección de uno u otro depende de varios factores. Aquí te exponemos las ventajas de cada uno de ellos.

¿CUÁNDO CAMBIARLE EL CEPILLO?

El cepillo, por normal general, debe sustituirse cada 3-4 meses. Sin embargo, hay situaciones que requieren renovarlo incluso antes: si observas que las cerdas están deterioradas (abiertas), si el niño ha estado enfermo (por ejemplo con amigdalitis) o si, por error, ha compartido el cepillo con alguien.

¿CUÁNTA PASTA DENTAL HAY QUE PONER?

Los estudios actuales han demostrado que las pastas dentales con bajo contenido en flúor, que suelen denominarse “pastas dentales infantiles” tienen muy poco efecto para prevenir la caries. Por ese motivo se recomienda usar pastas dentales con mayor contenido de flúor. Se recomienda una pasta dental con una concentración de flúor de 1.000 ppm hasta los 6 años de edad y a partir de entonces pasar a una pasta de adultos (de 1.200-1.450 ppm de flúor). Es muy importante controlar muy bien la cantidad de pasta que se pone en el cepillo. Esta varía en función del menor. Desde los 6 meses hasta los 3 años de edad no poner más del tamaño equivalente a un grano de arroz; entre los 3 y los 6 años aumentar al tamaño de una guisante y a partir de esa edad, al tamaño de un garbanzo.

¿CÓMO ACTÚA EL FLÚOR?

El flúor contenido fundamentalmente en las pastas fluoradas (aunque también puede estarlo en algunos enjuagues y en el agua de bebida) ha mostrado ser el principal responsable de la disminución de la caries infantil. A las dosis aconsejadas, los miles de estudios realizados muestran que no produce ningún efecto adverso sobre la salud. El mayor riesgo de una utilización inadecuada, a dosis superiores a las recomendadas por los dentistas, es la aparición de una tinciones en los dientes, llamadas fluorosis dental.
El flúor, una vez que es captado, actúa como agente antibacteriano contra los microorganismos que provocan la caries. Además protege al diente de la pérdida de minerales y favorece que pueda volver a remineralizarse.

UNA DIETA SALUDABLE

 Cada vez es más evidente que un buen hábito alimentario es fundamental para prevenir numerosas patologías
como las cardiovasculares, diabetes, arterioesclerosis e hipertensión. Una dieta sana también contribuye a una
buena salud oral. Por el contrario, las comidas llamadas “basura” llevan a sobrepeso y obesidad, problemas que
se han convertido en una verdadera “epidemia”. Una dieta inadecuada está muchas veces en la base de algunas
patologías bucodentales, como es el caso de la caries en la infancia.
La adopción de una dieta que a los españoles nos es muy familiar, priorizando el consumo de vegetales, frutas,
pescado y aceite de oliva, a la vez que se limita el consumo de carnes rojas y de azúcares, es una de las grandes
claves actuales para optimizar la salud. Dar de comer sano a nuestros hijos solo trae beneficios.

LA PREVENCIÓN EN LA CLÍNICA

Si bien las medidas preventivas de autocuidados son las más importantes, en algunos casos puede ser necesario complementarlas con alguna técnica específica realizada en la clínica dental. De entre ellas, las dos más importantes son los selladores de fisuras y la aplicación profesional de flúor (bien en gel o en la forma de barniz). El dentista, después de evaluar al menor, valorará si tu hijo/a es candidato a las mismas. Para la prevención de los traumatismos dentales, el dentista puede recomendarte el uso de un protector. No dejes de consultárselo.

Las revisiones periódicas son muy importantes en todas las etapas de la vida. En la infancia adquieren un valor añadido debido al periodo de recambio dentario y a la trascendencia de mantener la boca sana desde el inicio. A pesar de las múltiples recomendaciones de todas las Asociaciones Dentales internacionales, de pedir cita a partir del primer año de vida, la realidad en España es que incluso a los 6 años, el 80% de los menores no han visitado nunca al dentista. Probablemente, la falsa creencia de la
poca trascendencia de la dentición temporal sea uno de los motivos. Sin embargo, la dentición de leche tiene una enorme relevancia para la salud del menor y para su dentición futura permanente. Las revisiones permiten , además, familiarizar al niño/a con la consulta dental, detectar a tiempo hábitos nocivos o patologías bucodentales. La frecuencia de las mismas tiene que ser determinada por el profesional en función del nivel de riesgo del menor.

LA PRIMERA VISITA

información

Diabetes y Salud Oral: un círculo vicioso

La diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica pero controlable en la que los niveles de glucosa (azúcar) en la sangre son muy altos. Los primeros signos y síntomas de la diabetes pueden aparecer en la boca, por lo que vigilar su salud bucal también puede conducir a un diagnóstico y tratamiento más tempranos.

La diabetes afecta la capacidad del cuerpo para procesar la glucosa en sangre debido a la disminución de la secreción de la hormona insulina o la deficiencia de su acción metabólica. Sin un tratamiento continuo y cuidadoso, la diabetes puede provocar una aumento de glucosa en la sangre que aumenta el riesgo de complicaciones.

Se pueden desarrollar tres tipos principales de diabetes: diabetes tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional.

Diabetes tipo I. También conocida como diabetes juvenil, se produce cuando el páncreas produce un nivel demasiado bajo de insulina o simplemente no produce ninguna. Las personas con este tipo de diabetes se consideran insulinodependientes y deben recibir inyecciones de insulina al menos una vez al día.

Diabetes tipo 2. La diabetes tipo 2 es un trastorno en el que se ve afectada la forma en que el cuerpo metaboliza la insulina. Aunque el páncreas todavía produce insulina, las células no responden a ella. Suele tratarse mediante la implementación de una dieta equilibrada, la adaptación de hábitos saludables y, en algunos casos, con la ayuda de medicamentos por vía oral.

Diabetes gestacional. Suele aparecer en algunas mujeres durante el quinto mes de embarazo y desaparece tras el parto. Ocurre cuando las hormonas en la placenta que ayudan al feto a desarrollarse bloquean la acción de la insulina y aumentan los niveles de azúcar en sangre. A menudo se controla con una alimentación adecuada y saludable y ejercicio regular, pero la madre también puede necesitar insulina.

¿Cómo afecta a la salud oral?

La diabetes y la salud bucodental representan una combinación que puede derivar en complicaciones si no se toman las medidas oportunas. La diabetes reduce la resistencia del cuerpo a las infecciones y retrasa el proceso de cicatrización. Si no se controla, puede provocar el deterioro de los leucocitos (glóbulos blancos), la principal defensa del cuerpo contra las infecciones. Por esta razón, las infecciones bucales pueden volverse más graves en personas con diabetes no controlada.

La diabetes también puede disminuir el flujo salival y aumentar los niveles de glucosa en la saliva, lo que la convierte en el escenario perfecto para infecciones fúngicas (por hongos) como la candidiasis.

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Periodontitis y diabetes: información general

Diabetes y salud oral

Preguntas frecuentes

Si. Las investigaciones muestran que las personas con diabetes son más susceptibles a la enfermedad periodontal (de las encías), especialmente cuando su diabetes no está bien controlada. Lo contrario también es cierto: la enfermedad periodontal no tratada puede empeorar los niveles de azúcar en sangre. Por lo tanto, es importante controlar estas dos afecciones inflamatorias. Si nota los primeros signos de enfermedad de las encías, como encías inflamadas o sangrantes, comuníqueselo al dentista. La enfermedad temprana de las encías (gingivitis) es mucho más fácil de tratar que las formas más avanzadas, lo que eventualmente puede conducir a la pérdida de dientes.

Siga haciendo todo lo posible para controlar sus niveles de azúcar en la sangre con ejercicio y una dieta saludable, y continúe con su rutina de higiene bucal diaria eficaz, que incluye cepillarse los dientes y usar hilo dental y acudir a revisiones y limpiezas dentales regulares. Asegúrese de informar al dentista de qué medicamentos está tomando y actualizar cualquier cambio. Si nota llagas, hinchazón o inflamación en la boca o encías, comuníquelo lo antes posible.

Varios estudios han demostrado que las personas con diabetes pueden ser candidatos para los implantes dentales, pero existen algunas preocupaciones con respecto al tratamiento. Las heridas tienden a curar más lentamente en las personas con diabetes, que también son más propensas a las infecciones. En personas diabéticas con un control deficiente de la glucosa, la investigación ha demostrado que el hueso tarda más en sanar después de la colocación del implante. El dentista valorará cada caso en particular para  planificar su tratamiento y decidirá si es usted candidato o no a colocarse implantes.

Algunas de las características más importantes de las enfermedades inflamatorias de las encías (gingivitis y periodontitis) son: su cronicidad; su alta prevalencia, ya que, en mayor o menor grado, afectan prácticamente a la mitad de las personas adultas; y su relación con otras enfermedades sistémicas de tipo inflamatorio, como la diabetes, enfermedades cardiovasculares o artritis reumatoide.

Los estudios nos indican que sí. Hoy sabemos que una persona con periodontitis tiene, por término medio, niveles de glucosa en sangre más elevados que un individuo sin periodontitis. Esto se ha visto tanto en pacientes con diabetes como sin diabetes. Asimismo, las personas con periodontitis tienden a tener también niveles más elevados de colesterol y triglicéridos.

La hiperglucemia que presentan los pacientes con diabetes se ha demostrado que está relacionada con un aumento del riesgo y severidad de enfermedad periodontal. A peor control de la glucemia (azúcar), mayor predisposición a periodontitis. Dicha hiperglucemia es responsable de la acumulación, tanto en sangre como en diferentes tejidos (entre los que se encuentran los periodontales), de productos finales de la glucación avanzada, que, al unirse a sus receptores en las células, estimulan la liberación de un mayor número de compuestos proinflamatorios, implicados en la destrucción periodontal. El aumento de mediadores de la inflamación en el paciente con diabetes también puede influir en la mayor susceptibilidad a sufrir enfermedad periodontal.

Las personas con diabetes tienen necesidades especiales y su dentista está preparado para satisfacerlas. Mantenga a su dentista informado acerca de cualquier cambio en su enfermedad y de cualquier medicamento que pueda estar tomando. Posponga cualquier procedimiento dental que no sea urgente si su nivel de azúcar en la sangre no se encuentra bien controlado.

Es muy importante que siga con su dieta y su medicación habitual. Si es insulino-dependiente debe administrarse su dosis habitual. Del mismo modo, si toma antidiabéticos orales, debe respetar la prescripción. Solo en muy contados casos, que le serán informados por su médico o por su dentista, la dosis puede verse modificada. En caso contrario, acuda a su cita habiendo ingerido lo habitual y tomado su medicación. Si está en ayunas o no ha tomado su medicación es muy importante advertir al dentista de ello para evitar complicaciones.

Infografías

Algunos datos sobre la Salud Infantil

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Fichas

Informativas sobre la Diabetes

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Material

Material de la Campaña

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Guía informativa

La guía de la salud oral para padres

Preguntas y respuestas

Niño sano, boca sana

Manual

Prevención y buenos hábitos
Infancia

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Cáncer oral

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